Horizonte de sucesos by Rodolfo Martínez

Horizonte de sucesos by Rodolfo Martínez

autor:Rodolfo Martínez
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ciencia ficción, Novela
publicado: 2015-03-31T22:00:00+00:00


Para Miguel

—Bueno, recapitulemos —dijo Javi—. ¿Con qué contamos exactamente?

Pedro se aclaró la garganta y comenzó a exponerlo, en su tono pausado y ligeramente pedante:

—Primero. Existió un tal Arístides Iguarán, que era propietario de la casa de Lovecraft y que fue encontrado con el cuello roto dentro de una bolsa de plástico a la que había cosida una pequeña oblea de silicio, posiblemente un chip, aunque tras el golpe resultaba bastante irreconocible. No he encontrado ningún indicio de que el individuo en cuestión fuera científico, aficionado o no, y ninguna revista de divulgación ha publicado jamás algo suyo. —Bebió un trago de vino y siguió hablando—. Segundo. En el número 123 de marzo de 1.989 de Monthly Scientific apareció un artículo titulado «Under Zero?» firmado por el doctor Reinnjhard Gregorovius que, efectivamente hablaba de temperaturas kelvin negativas y disminución de la entropía, aunque de una forma bastante oscura. Con mucha imaginación uno puede llegar a relacionar lo que se dice en el artículo con la precognición, pero no estoy seguro de que se trate de una impresión objetiva y que mi mente no se haya visto influida al saber de antemano lo que buscaba.

—Vale, vale. Sigue —dijo Javi.

—Tercero. Sobre el escritor que se suicidó, hasta ahora nada. Existió, desde luego, pero eso ya lo sabíamos. Sin embargo, no he podido encontrar el menor rastro de la novela palíndroma. Ni su editor ni sus herederos han contestado a mis cartas. Le he escrito a un amigo mío que se dedica a la crítica literaria (sí, ya sé, pero uno no puede evitar ciertas amistades no muy recomendables) y nunca recibió tal novela. Para terminar: cuarto. Es cierto que el doctor Latierra trabajaba para el gobierno por las fechas de las maniobras de Almería, pero respecto a lo que hacía allí, nadie dice nada. That’s all, folks.

—O sea, que no tenemos nada —dije yo.

—Absolutamente nada válido. Todas las cosas que nos ha venido contando el tipo ese pueden ser fantasías, o pueden ser verdad. Son improbables, pero no del todo imposibles.

—Cojonudo. ¿Queréis otro vino?

Los tres asentimos y Javi fue hacia el mostrador, a por otra jarra. Volvió casi enseguida y nos sirvió. Tardamos bastante en volver a hablar. El asunto aquel nos hacía sentirnos incómodos. Por una parte no queríamos reconocer como ciertas aquellas historias del Narrador Inverosímil (como yo lo llamaba) por temor a quedar como ingenuos. Por otra parte, estaban contadas con una plausibilidad tan encantadora que éramos incapaces de afirmar que fueran completamente falsas. Los datos que Pedro había podido recopilar durante aquellos meses no contradecían la posibilidad de que fueran ciertas; de hecho algunos de ellos corroboraban puntos concretos de las historias. Claro que eso tampoco quería decir nada: un buen embustero sabe cómo trenzar la suficiente realidad en sus fantasías para que el auditorio no sepa muy bien a qué atenerse.

Finalmente, Pedro se decidió a romper el silencio:

—¿Habéis leído lo de Smoot? —preguntó.

Javi y yo asentimos. Todos habíamos visto la noticia en la tele o lo habíamos leído en los periódicos: al fin se había podido ver el momento inmediatamente posterior al big bang.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.